Todos hemos escuchado que debemos evitar comer demasiadas grasas saturadas, pero usar aceites vegetales para reducir el colesterol puede no ser realmente la respuesta para mejorar la salud y la longevidad.
Desde hace mucho tiempo se ha creído que las personas deberían reemplazar las grasas saturadas (aquellas que generalmente provienen de alimentos de origen animal como la mantequilla, el queso y algunos cortes de carne de cerdo y de res) por grasas insaturadas, que provienen de las verduras.
Sin embargo, según un nuevo estudio, comer menos grasas saturadas puede no tener un efecto tan grande en nuestra longevidad o en nuestra salud en general.
El estudio, que examinó datos de hace 40 años de un estudio conocido como el Experimento Coronario de Minnesota (MCE), concluyó que no existe una asociación real entre un colesterol más bajo y una vida más larga. En otras palabras, reducir la cantidad de grasas saturadas que se consumen podría no reducir el riesgo de morir de una enfermedad cardíaca.
Basándose en el MCE original, realizado entre 1968 y 1973, los investigadores dividieron a 9000 participantes en dos grupos y los estudiaron durante cuatro a cinco años. Un grupo evitó las grasas saturadas y consumió únicamente grasas vegetales insaturadas, como aceite de maíz y margarina de aceite de maíz, mientras que el otro grupo continuó con una dieta que incluía grasas saturadas.
Se demostró que la dieta con grasas insaturadas reducía los niveles de colesterol en comparación con el grupo de control, pero no hubo ningún cambio aparente en la tasa de muerte por problemas relacionados con el corazón.
Lo que el estudio no investigó fue si el aceite de maíz y la margarina de aceite de maíz contenían aceites vegetales hidrogenados o grasas trans que obstruyen las arterias, ambos vinculados actualmente con enfermedades cardíacas. El estudio tampoco analizó el historial médico de los pacientes ni su riesgo genético de padecer enfermedades cardíacas.
La lección importante de este estudio es que los factores que solemos considerar las principales causas de las enfermedades cardíacas (grasas saturadas y colesterol alto) podrían no ser tan importantes como antes se creía. Sin embargo, es fundamental recordar que si sigue una dieta baja en colesterol por recomendación médica, no debe hacer ningún cambio sin antes considerarlo y consultarlo detenidamente.
Actualmente, las directrices mundiales sugieren seguir la dieta mediterránea, que se centra en una combinación de cereales integrales, frutas, verduras y pescado. Diversos estudios han demostrado que este tipo de dieta es saludable y puede ayudar a mantener bajos los niveles generales de colesterol en la mayoría de las personas.