No es ningún secreto que el ejercicio es excelente para el cuerpo, pero ¿sabías que ejercitarse tiene enormes beneficios para el cerebro?
Un estudio reciente muestra que tanto el entrenamiento mental como el físico pueden mejorar enormemente el funcionamiento del cerebro.
Investigadores del Centro de Salud Cerebral de la Universidad de Texas en Dallas concluyeron que la actividad aeróbica ayuda a fortalecer la memoria. También descubrieron que el entrenamiento cognitivo ayuda a mejorar funciones generales como la flexibilidad cognitiva, la resolución de problemas, la planificación y el control inhibitorio.
En el estudio, los adultos se dividieron en dos grupos: uno centrado en el entrenamiento físico y otro en el entrenamiento cognitivo. Los del grupo cognitivo recibieron lo que se conoce como Entrenamiento de Razonamiento Avanzado de Memoria Estratégica (SMART), que se centra en el razonamiento integrador, la atención y la innovación. El grupo físico debía entrenar una hora tres veces por semana.
A lo largo del estudio, los investigadores midieron los datos fisiológicos, neurocognitivos y de resonancia magnética de los participantes antes, durante y después de cada sesión de entrenamiento.
Los resultados fueron muy interesantes. En el grupo de entrenamiento cognitivo, los investigadores observaron un aumento del flujo sanguíneo cerebral, que atribuyeron a las sesiones SMART. Estos resultados no se observaron en el grupo físico, pero estos participantes mostraron un mayor flujo sanguíneo cerebral en las áreas de memoria.
El estudio indica que hacer ejercicio con regularidad puede mejorar la memoria y ayudar a prevenir la demencia. En otras palabras, para mejorar la salud cerebral, es recomendable hacer ejercicio.
Si aún no entrenas con regularidad, este estudio debería ayudarte a motivarte un poco más. Al fin y al cabo, ¿de qué sirve un cuerpo atractivo sin el cerebro que lo acompaña, o viceversa?
Ten en cuenta que no es necesario ir al gimnasio todos los días para disfrutar de los beneficios del ejercicio. De hecho, no es necesario ir al gimnasio. Hay muchas maneras de mantenerse activo: camina todas las noches después de cenar o ve al trabajo en bicicleta por la mañana. Si te gusta el yoga, ¿por qué no hacer una sesión de 15 minutos por la mañana antes de ir a trabajar y otra por la tarde?
La clave está en amar lo que haces. Así, no lo sentirás como un trabajo y serás más perseverante. Una vez que empieces, ¡tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán!