Si tiene más de 50 años, es probable que no esté haciendo suficiente ejercicio.
Los estudios han demostrado que mantenerse físicamente activo reduce el riesgo de padecer diversas enfermedades crónicas, especialmente en personas mayores. Por eso es tan importante hacer suficiente ejercicio en la tercera edad.
En muchos casos, las personas de 50 años o más solo se mueven para realizar sus rutinas diarias habituales. En otras palabras, no mantienen una rutina de ejercicio regular. Investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. también han descubierto que, a mayor edad, menos ejercicio hace una persona.
Las cifras son bastante sorprendentes, dado que la gente vive más que nunca. Aproximadamente el 25 % de las personas de entre 50 y 64 años son inactivas, y el 27 % de las personas de entre 65 y 74 años son inactivas. El 35 % de las personas mayores de 75 años no hacen ningún ejercicio.
Mantenerse activo y comer bien son esenciales para una buena salud, tanto física como mental, en la vejez. Las personas mayores deberían aprovechar programas que les ayuden a mantenerse activas y evitar el sedentarismo. Al igual que las personas más jóvenes, deberían centrarse en una combinación de entrenamiento de fuerza, cardio, flexibilidad, core y equilibrio.
Si tienes más de 50 años y no eres tan activo como deberías, no tienes que empezar a ir al gimnasio todos los días. El cardio puede ser cualquier actividad que utilice todo el cuerpo para aumentar la frecuencia cardíaca. Esto puede ser caminar, correr, montar en bicicleta o incluso hacer las tareas del hogar. Lo ideal es hacer al menos 30 minutos de cardio al día.
El entrenamiento de fuerza debe realizarse dos veces por semana durante aproximadamente media hora. No necesitas equipo sofisticado; las flexiones, los curls de bíceps, las zancadas, las sentadillas modificadas y las bandas de resistencia son excelentes para este propósito. Solo recuerda dejar de 24 a 48 horas de descanso entre cada sesión de entrenamiento de fuerza para que tu cuerpo tenga tiempo de recuperarse.
Estirar también es esencial, y no es necesario hacerlo mucho. Se recomiendan solo de cinco a diez minutos al día. Asegúrate de estirar todo el cuerpo e incluye movimientos como círculos con la cabeza, que puedes hacer incluso en la ducha. Termina el día estirando las pantorrillas y los isquiotibiales.
A medida que envejecemos, el entrenamiento del equilibrio y del core es más importante que nunca. Estos dos ejercicios podrían ayudar a prevenir caídas en el futuro. Podemos incorporar el entrenamiento del equilibrio a nuestra rutina diaria haciendo equilibrio sobre una pierna en la fila del mercado. Para entrenar el core, hagamos algunos ejercicios abdominales, como abdominales parciales, todas las mañanas para que se convierta en un hábito.
La clave para envejecer con gracia es mantenerse activo, así que ¡levántate del sofá y comienza a moverte!